sábado, 28 de marzo de 2009

Eso de ser buena gente no se compra con dinero

Si te sientas a pensar en los que te rodean, verás que en ell@s hay un denominador común, que todo el mundo tiene algo de eso que llamamos el "ser buena gente". Hoy será porque estoy especialmente sensible, pero tengo ganas de tocar temas morales.

Cuando comprendes que al igual que tú, los demás tienen sus sentimientos, pensamientos y sobre todo sus anhelos de futuro, te vuelves más tolerante y empático.

Con o sin quererlo, nos pasamos el tiempo juzgando a los demás.A veces, hacemos comentarios mal intencionados, no tratamos con la suficiente educación a las personas o tal vez mostramos indiferencia ante las ayudas que nos vienes de fuera y eso desgraciadamente nos empobrece el alma.

Por eso, desde mi humilde posición, yo hago un llamamiento a todo aquel que lee esto, a que cada día adquiera el compromiso de por lo menos mejorar un poquitín como persona. Mejorar porque es bueno para nosotros y para el mundo, mejorar no porque alguien te juzgue y te encomiende a hacerlo.

La moral no es patrimonio de nadie, sino de todos. Precisamente quienes se quieren hacer dueños de ella, son las que más la ensucian. Este planeta es muy pequeño como para que estemos haciéndonos el mal uno a otro. Todos tenemos ambiciones para mejorar, pero cuando para alcanzarlas caemos en las peores artimañas, pasando por encima de lo que sea, dejamos de ser personas para convertirnos en animales. Y es que como ya va a llegar la feria, me he acordado de esa sevillana que dice que " Eso de ser buena gente no se compra con dinero..."

viernes, 27 de marzo de 2009

De la ética de principios a la ética de responsabilidades

Como llevo unos días con uno de esos virus primaverales que atacan brevemente pero con intensidad, he tenido la ocasión de estar en casa leyendo tranquilamente toda la prensa internacional y nacional, y con machacona insistencia, se habla de la condenada reunión de G-20 more Spain.

Todos hablan de cómo solucionar el mundo en esa reunión y de los muchos avances que se producirán. Pero yo me pregunto si en el mundo hay 247 países, ¿los 227 restantes no deciden?. Hace sesenta años nos dotamos de un instrumento con una enorme importancia y trascendencia como son las Naciones Unidas, un órgano donde están representados todos los pueblos de la tierra, y por tanto, es lógico que sea ahí donde se solucionen los problemas del mundo.

¿ De qué sirve que hablemos de fomentar el crecimiento de los mal llamados países en desarrollo si no los dejamos participar en el proceso de transformación económico?. Ahora comprendo una frase del expresidente Felipe González cuando decía que hay forma de tolerancia que no difieren mucho de algunas formas de opresión.

Pero haciendo honor al título con el que he titulado esta entrada, pienso que para llegar a un mundo más justo hay que cimentarlo en realidades. Huyo tanto de aquellas posiciones involucionistas como de aquellas que se conforman en soñar utopías sin explicar como llevarlas a cabo, para en fin, mejorar la vida de las personas. Y cimentarlo, es apoyar que mi país, España pueda estar en ese grupo del G-20, porque para bien o para mal no soy francés, ni americano, ni alemán, y no puedo incidir con mi voto ni con mi participación política en esos países, pero si puedo hacerlo en el mio, por lo tanto, apelando a la ética de las responsabilidades y dejandome de purezas morales e ideológicas, considero que si queremos cambiar el mundo y aportar nuestra visión, debemos estar ahí para que se escuche alto y claro nuestra voz, la voz del mundo lógico que debe ser.

El ruido en la calma

Hace poco tuve ocasión de acudir como apoderado del partido socialista a las elecciones celebradas en Euskadi. Una oportunidad única desde lo político, pero sin duda también oportunidad turística y de conocimiento de nuevos paisajes.

Nunca había tenido la oportunidad de visitar el País Vasco, a pesar de lo mucho que había oído hablar de éste por distintos amigos. Y todo lo que me contaron se queda en poco, ante los maravillosos paisajes, ciudades, monumentos, gastrononomía y sobre todo, su maravillosa gente.
Una gente, que salvando el tópico que tenemos los del sur con respecto al norte, te hacen volver a recordar la frase esa de que los fundamentalismos y la ignorancia se quita viajando, al descubrir la gran cantidad de cosas, que con nuestros distintos carácteres tenemos en común las personas de uno y otro lugar.

Al acabar de escribir esta última frase y recordando la belleza de Euskadi, a uno le recorre una enorme tristeza por dentro, como así le hice saber a un compañero del PNV, al ser consciente de cómo esa tierra que nada más llegar te invita a la reflexión y a la calma, se ve mancillada, parafraseando a Lorca por una mancha de sangre.

Por eso,me pregunto sin entrar a debatir sobre las raíces del conflicto político vasco, que más adelante espero poder comentar, acaso en una sociedad como la española con uno de los sistemas políticos más abiertos a la creación de nuevos partidos, que se lo pregunten a Rosa Díez, ¿ no hay sitio para debatir en paz?. Dicen defender ideas nacionalistas, dicen que el estado español no se lo permite. LLevan treinta años pudiendo presentarse libremente a las elecciones al igual que muchas otras opciones de nacionalismos que no comparto como ideología pero que respeto.

El problema no es que protesten porque no les dejemos expresarse, el problema es que lo que quieren es que no nos expresemos nosotros, y por eso.... y por eso matan.

Presentación en tono menor

Bueno, la verdad es que siempre que he creado un blog he acabado dejándolo arrinconado sin más. Así que dentro de lo que cabe, pondré mi empeño por estructurarlo y combatir esa forma mía de tener disipadas por aquí y por allá las ideas.

Y es que sinceramente, quiero usar este blog para vaciarme de todos esos pensamientos sobre distintos temas y que por una u otra causa, no podemos compartir abiertamente con los demás. Así que dejó esa premisa de todo bloguero aprendiz de filósofo que empieza con un: " Quiero que este blog sea un encuentro de diálogo.....", ni mucho menos; no soy tan ambicioso. Como he dicho mi intención es dejar por escrito algunas cosillas y si acaso, si alguien lo desea me deje algún que otra comentario criticón de esos que le animan a uno a seguir en la discusión ideológica.